Un nido colecho, a menudo denominado "cuna colecho", es un tipo particular de cuna fabricada para que el bebé duerma en la misma habitación que sus padres. Esto facilita la lactancia del bebé y fomenta una sensación de comodidad e intimidad. Suelen ser más pequeñas que las cunas normales y se colocan a la altura de la cama de los padres para mantener al bebé cerca de la madre, pero seguro.
Los nidos suelen incluir paredes de malla o paredes bajas que permiten una circulación óptima del aire y facilitan a los padres la vigilancia del bebé desde la cama. Estos artilugios se basan en el principio de que el bebé puede dormir en su propia habitación pero cerca de los padres, lo que permite amamantarlo y cuidarlo por la noche sin necesidad de que se levante y vaya a otra habitación.
Para utilizar un nido de bebé de forma segura, hay que respetar las normas de seguridad del sueño infantil, que incluyen mantener al bebé boca arriba, comprobar que el nido está libre de objetos potencialmente dañinos y mantener la superficie de descanso firme y nivelada. Además, es imprescindible seguir las instrucciones de seguridad específicas del fabricante del nido.
Los nidos colecho pueden ofrecer varias ventajas tanto a los padres como a los bebés:
Favorece la lactancia: El nido favorece la lactancia materna, ya que mantiene al bebé cerca durante la noche, lo que permite a la madre responder rápidamente a las demandas de alimentación del bebé sin levantarse y trasladarse a otra habitación. Esto favorece una lactancia más cómoda y eficaz.
Mayor comodidad: El nido de colecho fomenta la sensación de seguridad e intimidad entre padres e hijos, aumentando el confort y el vínculo afectivo. Los lazos entre padres e hijo pueden verse reforzados por la capacidad de los progenitores de responder con mayor rapidez y eficacia a las demandas del bebé gracias a su proximidad.